Hace casi tres años Kanye West protagonizó su reinvención más inesperada cuando se presentó ante el mundo como una especie de pastor o líder religioso al frente de unos servicios dominicales que incluían música y una estética muy cuidada.
Estas reuniones fueron ganando popularidad a lo largo de 2019 y se convirtieron en una cita obligada para todas las celebridades que formaban parte del círculo social tanto del rapero como de su entonces familia política, los Kardashian-Jenner.
Este fin de semana Kanye volvió a celebrar uno de estos encuentros espirituales, que están abiertos a personas de todas las creencias, para retransmitirlo a través de servicios de streaming como Triller o Fite TV, y entre los invitados se encontraban dos estrellas de la música tan diferentes como Justin Bieber y Marilyn Manson.
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En el caso del primero de los dos cantantes, él trató de adoptar un perfil discreto ocultándose bajo la capucha de la chamarra que llevaba puesta, aunque en un momento dado sí usó el micrófono para anunciar: "Hoy expulsamos toda presencia demoníaca en nombre de Jesús".
Mientras que el músico, que ha permanecido retirado de la vida pública después que una decena de mujeres lo acusaron de abusos sexuales, sí adoptó un papel más activo liderando uno de los círculos de oración y en un momento dado se inclinó hacia Kanye para tocarle la frente con la suya mientras ambos cerraban los ojos.
Todos los asistentes iban vestidos estrictamente de blanco y muchos se cubrían con unas capas que solo dejaban a la vista la zona de los ojos, como era el caso de Marilyn.